martes, 20 de mayo de 2014

4° Bitácora (Apunte II): Conexión con Valladolid



Llegamos Julissa, Gonzalo, Sandra, Adrian y yo, la gran mayoría se sentía llamada por el Convento de San Francisco así que nos fuimos hacia allá, cuando llegamos se encontraba cerrada me entro duda si seria ahí, nos quedamos conversando si "acá debe ser" y justo, las palomas que caracterizan este lugar forman una gran bandada volando al rededor de toda la iglesia, fue una señal demasiada clara estuvimos en la puerta meditando y haciendo sonidos, después nos paramos, empezamos a tocar y cantar en la puerta, se nos unió un niñito que hizo lo mismo que nosotros.
Siempre se me viene a la mente tocar las aldabas de las puertas lo mismo le pasa a Juli, justo después de esto llega otra señal fuerte, nos empiezan a abrir las puertas de la iglesia. Fue gracioso y grandioso , entramos y la recorrimos  hasta llegar a la cúpula , los chicos no sintieron hacer sonidos ahí, pero yo si lo hice, ellos mas bien querían ir a las catacumbas y nos dirigimos hacia allí.

  


Queríamos hacer otra vez que nos cobren la entrada "normal" sino como medio no lo logramos pero si que nos cobren como 3 a pesar que eramos 5. Pasamos a sala de espera para que nos lleve la guía, ya entrando nos vuelven a pedir la boleta (donde solo habían para 3) no se como hicimos pero logramos que nos dejen pasar (tal ves nuestros hermanos de otras dimensiones actuaron).
Ya adentro habían demasiadas señales: muchos mudras de Unidos, el número 5, Panama, Tucuman, los 12 apostoles, el gran amigo de San Francisco que es Santo Domingo (donde justo ayer fuimos). Ya nos tocaba entrar a las catacumbas pero antes creamos un gran campo de energía para protegernos, el olor allí adentro es muy fuerte, estuvimos caminando un buen rato y le pedimos a la guía si nos podía dejar unos minutos en la zona que esta debajo de la cúpula, nos dijo que ya pero que no nos demoremos mucho. Entonces comenzamos y llega otra fuerte señal empieza a sonar un piano con un parecido tono griego. Seguimos y se empieza a sentir a los seres que se estancaron en ese lugar, levanto mis manos junto con todos como símbolo de protección y se quedaron en su sitio. Empezamos a girar de las manos como si fuéramos una llave, terminamos y termina el piano. Fue grandiosa la energía, me sentí demasiado bien. Salimos de las Catacumbas y Gonzalo ve otra vez a las aves sobrevolando. Descansamos, paseamos en bicicleta, conversamos un ratito y nos fuimos relajados a casa.